Ronda por la mente de los políticos la idea de subir y subir el IVA. Su objetivo es el de aumentar la recaudación para sufragar su necesidad de financiar unos presupuestos desorbitados.
Recuerdan estas políticas a las de los antiguos reyes medievales que subían los impuestos para financiar guerras, asfixiando a una población exhausta de campesinos.
Hoy a imagen de aquellos días tratan de subir los impuestos al límite de lo imposible para que una pandilla de haraganes vivan como reyes.
El ciudadano medio ante semejante presión, como en la edad media, busca escamotear a los insaciables recaudadores una parte de su actividad económica.
Se produce así un doble efecto como consecuencia de esta subida impositiva: Por un lado la actividad económica se reduce notablemente. A la vez una burbuja de economía sumergida va creciendo en proporción geométrica a la subida de los impuestos.
¿No valoraríamos mejor y evitaríamos los abusos si el usuario de la sanidad pagara una tasa cada vez que utiliza este servicio?
¿No sería más razonable que el estado cobrara a modo de tasas parte de los servicios que presta a los usuarios?
Miguel
